sábado, 28 de abril de 2012

EL ALCOHOLISMO: UN MOMENTO CRÍTICO EN TU PROYECTO DE VIDA

«ÉL NO SABE DE MI AMOR POR ÉL»

«Tengo veintiocho años y me he enamorado de un hombre de cuarenta y cinco. Mi amor por él es limpio y puro. Sé que él también me ama, pero estoy segura de que nunca se atreverá a decírmelo. Él no sabe de mi amor por él....
»Es muy respetuoso... pero es alcohólico.... ¿Qué me aconseja[n]?»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimada amiga:
»Nos alegra que usted nos haya pedido consejo. Esto nos indica que sus emociones están librando una lucha contra su capacidad de razonar, y que usted no sabe a qué hacerle caso....
»Gracias a Dios, usted nos ha pedido consejo antes de tomar una decisión equivocada. Ese acto sencillo puede ahorrarle años de sufrimiento y de graves consecuencias... a no ser que usted decida no hacer caso a lo que le aconsejamos, se deje llevar por sus emociones y se arriesgue a ver qué resultará....
»El factor... más determinante que [tiene en su contra el hombre mayor del que nos ha contado] es el alcoholismo. ¿Cree usted que el amor que siente por él bastaría para hacer que él dejara de beber? Si lo cree, entonces ¡bienvenida al grupo de millones de mujeres que se sienten angustiadas todos los días de su vida por haber pensado lo mismo! Si usted supiera los casos de las mujeres que nos cuentan que viven con hombres que malgastan todos sus ingresos bebiendo alcohol, con el temor de que el esposo borracho vuelva a agredirlas esa noche, y muy arrepentidas por la forma en que ese vicio del esposo ha repercutido en la vida de los hijos, usted entonces reconocería lo peligrosa que sería una relación con ese hombre.
»Sea sensata y deje de considerar una relación con él. Ponga a un lado sus sentimientos, por muy puros y limpios que sean, y dese cuenta de que ese no es el hombre que le conviene. Póngale fin a toda actividad que la ponga en contacto con él. Usted seguramente cree que puede seguir siendo amiga de él, aun sin ningún vínculo emocional, pero esa es una mentira muy peligrosa para estársela creyendo. En su lugar, busque otras actividades en las que pueda llegar a conocer a hombres de su misma edad. Sabemos que no será fácil, pero le aseguramos que será mucho mejor que seguir por el camino inseguro en que anda ahora.
»El apóstol Pablo dijo: “No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno.”1 La palabra “desenfreno” es un término general que describe todo tipo de conducta inmoral. Este principio que enseña San Pablo supone cómo el emborracharse lleva al vicioso a hacer toda suerte de fechorías. Los alcohólicos culpan de su conducta inmoral al alcohol que los impulsó a hacer lo que hicieron; pero ¿es ese el comportamiento que desea usted en su hogar? ¿Es ese el ejemplo que quiere para sus hijos?...
»Si usted sigue nuestro consejo y se mantiene alejada de [ese hombre], con el tiempo le resultará más fácil.
»No se deje llevar por sus emociones. ¡No son dignas de confianza!


1Ef 5:18
CUANDO EL RÍO SE DESBORDA
El cielo se encapotó sobre Tijuana, México. Las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer. Era una tormenta que venía desde el sur, originada en el Pacífico. En pocas horas cayeron 120 milímetros de agua.
El río Tijuana, por lo general tranquilo y de poca agua, se convirtió en un torrente arrollador. Doce personas murieron en el torrente. Un vecino dijo, llorando ante las cámaras de televisión: «Lo he perdido todo: mi casa, mis muebles, mi camión. El río se lo llevó todo.»
¡Qué terrible es la fuerza de un río que se desborda! Esto ocurre en ríos de valles estrechos, cuyas aguas nacen entre montañas. La lluvia que se descarga torrencialmente en el embudo de las montañas corre por el estrecho canal con fuerza arrolladora. Sobrepasando la capacidad del río, el agua se desborda e invade campos y terrenos, casas y pueblos, causando grandes desastres.
Los habitantes de Tijuana se valieron de un recurso. Amarraron una cuerda larga a un lugar en tierra firme, se agarraron de la otra punta, y uno a uno se fueron salvando. Tijuana nunca olvidará esa amarga tragedia.
Si bien la cuerda fue la salvación para muchos en Tijuana, ¿qué cuerda hay para las tormentas de la vida? El padre de familia, cuando todo va bien, es como un río manso que corre lentamente, al lado del cual da gusto vivir. Pero si toma un par de tragos de más, ese alcohol se mete en su cerebro y comienza a correr con la violencia de un río desbordado, causando estragos, destrucción y aun muerte. ¿Y de qué cuerda se agarra la esposa que sufre a causa de él?
El hijo, orgullo y esperanza de sus padres, comienza a faltar a la escuela. Llega muy tarde a la casa. Por momentos, sin motivo alguno, se enloquece y golpea a cuantos están a su lado. Cuando por fin todo sale a la luz, se descubre que es drogadicto, y cuando se quiere detener el mal, es ya un río violento que arrasa con todo lo que tiene por delante. ¿Y de qué cuerda se agarran los confundidos padres?
¿Habrá algún remedio contra el dominio del alcohol o de las drogas? ¿Habrá alguna cuerda que salve al que se hunde en el río de la desesperación?
Sí la hay. Es Jesucristo. Él tiene poder para dominar las fuerzas primitivas que bullen en el corazón humano. Y tiene poder para salvar a todo el que en Él cree. Cristo es la cuerda salvadora. Busquémoslo. Entreguémosle nuestra vida. Él quiere y puede ser nuestro Salvador.
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